ESPANTO DE ESPANTAPÁJAROS

Ahí está el tío, lo mismo vale para vestirlo de Drácula al más puro estilo Bram Stoker, que aderezar la semana de feria vestido de flamenca. En esta ocasión, ante "que levante la mano quien quiera ser espantapájaros", le faltó el tiempo para alzar su extremadamente delgado brazo (creo que con ayuda porque en la vida le he visto hacer nada por sí solo) y decir "¡yo!". Mira que tiene que ser triste y aburrido estar ahí quietito viéndolas pasar, pues aún así conserva la misma cara y las mismas ganas de cooperar que siempre. Mientras, los niños y las niñas del Martín están elaborando un espantapájaros para que Huesos pueda dedicarse a lo que realmente le gusta: enseñar.
Desde aquí queremos agradecerle su colaboración desinteresada pero él ni se inmuta.