Casi todo el mundo recuerda con sopor los cuadernillos de caligrafía y es que se puede trabajar el control óculo-manual y se puede fomentar el gusto por la escritura de muchas formas divertidas, siempre sin perder de vista que lo hacemos porque nos gusta y nos divierte. A estas alturas todos sabemos que la grafía se adquiere por los procesos madurativos que se dan con la edad, no tiene sentido forzarla.
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